Adviento

24.11.2016 17:51

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO - CICLO A
 
Con el Adviento también iniciamos el año litúrgico. Estrenar algo, también un año, nos llena de ilusión porque la sensación del camino por hacer se presenta por delante. El tiempo de Adviento es una oportunidad de estrenar: de estrenar nuevos planteamientos, nuevos deseos, nuevas actitudes.

Primera lectura

 
Lectura del Profeta Isaías 2,1-5.
 
VISIÓN de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
En los días futuros estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cumbre de las montañas,
más elevado que las colinas.
Hacia él confluirán todas las naciones,
caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones,
será árbitro de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, venid;
caminemos a la luz del Señor.
 Palabra de Dios
 

La Iglesia ha entendido la palabras de Isaías como una visión profética del triunfo definitivo de Dios. Es el Señor quien instruye el corazón humano, quien invita a toda persona a caminar según su voluntad, para que un día se vuelvan a la luz.
 
Salmo
 
Sal 121, 1-2. 3-4a. 4b-5. 6-7. 8-9
 
R/. Vamos alegres a la casa del Señor.
 
V/. ¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.
 
V/. Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.
 
V/. Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». R/.
 
V/. Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor,
nuestro Dios, te deseo todo bien. R/.

 
Segunda lectura
 
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13,11-14.
 
HERMANOS:
Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.
Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo. Palabra de Dios
 

El Apóstol termina su exhortación sobre la conducta del cristiano revistiéndola de la premura de quien está viviendo los últimos días de la historia. No es el tiempo cronológico de los días y de los años, sino el ahora de la salvación, que es oportunidad y urgencia. Es hora de despertar, de despojarse de la oscuridad de la noche, de vestirse para el día y para la luz.
 
Evangelio del domingo
 
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24,37-44.
 
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». Palabra del Señor
 

La necesidad de estar alerta y vivir en constante vigilancia porque no sabemos cuando será la venida del Señor Jesús es la invitación de Mateo a todos los cristianos. Velar es una forma de vivir y relacionarnos con el Señor Jesús, que lleva al cristiano, a la comunidad, al compromiso con la justicia y a una espera activa, transformadora..